HIPATIA DE ALEJANDRÍA, por Elia Sánchez Gómez (Dpto. de Filosofía)

 “Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar” 

Hipatia de Alejandría

Representación de Hipatia extraída de la obra renacentista La escuela de Atenas, de Rafael 

    ¿Quién fue Hipatia de Alejandría?

    La figura de Hipatia de Alejandría refleja, no solo ideal de sabio de la Antigüedad al dominar numerosos campos del saber, sino también el ideal de filósofa comprometida con sus ideas. Para Hipatia la búsqueda de la verdad y la libertad de pensamiento son las brújulas que deben guiar las vidas y las ciudades, algo que la llevo a ser una de las más grandiosas filósofas y científicas de su tiempo, pero también a una muerte trágica a manos de un grupo de cristianos que estaban en contra de las tradiciones paganas griegas.

    Hipatia vivió entre los siglos IV y V d.C. en la ciudad de Alejandría, un importante centro cultural y artístico en donde, entre otras cuestiones, se formó la Escuela neoplatónica de filosofía, a la que esta perteneció. Tuvo una labor intelectual muy productiva escribiendo numerosas obras como Comentario a Diofanto, Sobre las cónicas de Apolonio de Perga y Canon Astronómico, las cuales, por desgracia, no se conservan. Comenzó estudiando ciencias teóricas, la astronomía de Ptolomeo, la geometría de Euclides y la aritmética de Diofanto lo cual le sirvió como base para desarrollar sus teorías en geometría y astronomía. Sin embargo, también tuvo grandes aportes en ciencia aplicada. A través de los testimonios de sus discípulos, podemos conocer algunos de sus descubrimientos, entre los que están la creación de un planisferio celeste gracias a un astrolabio que modifico y mejoró ella misma o la invención de un hidroscopio para pesar líquidos.

Un astrolabio

    ¿Por qué fue (y es) tan importante?

    Además de su labor teórica también era conocida por su reseñable labor educativa ya que según los testimonios que nos han llegado Hipatia se dedicaba a pasear por la ciudad egipcia enseñando las teorías de Platón y Aristóteles, algo que en su época reflejaba un carácter valiente y reivindicativo ya que no estaba bien visto que una mujer enseñara y mucho menos en público. Este hecho atraía a intelectuales de diferentes partes del mundo, quienes acudían a Alejandría para formarse sobre las diferentes teorías filosóficas y científicas.

    La muerte de Hipatia es un gran símbolo que nos debe hacer reflexionar sobre las injusticias que sufrieron muchas mujeres a lo largo de la historia al ser vetadas y silenciadas pero también sobre las consecuencias del fanatismo religioso que nos conduce al paso del razonamiento clásico al oscurantismo medieval.

Alejandro Amenábar rodó "Ágora", sobre la figura de Hipatia, en 2009